“Salió el sol y volvió la chamba”, dijo en tono jubiloso don Manuel, un lavador de carros frente a una plaza pública que, a razón de los intermitentes fríos de temporada, vivió un receso y mantuvo sus implementos de trabajo guardados.
NUEVO LAREDO.-
Recientemente con el inicio de los primeros días de calor, los que nos dedicamos a la lavada de carros reanudamos nuestra chamba, luego que la verdad estuvo crítica la situación económica, comentó.
Mencionó que el clima frío primeramente aleja a los clientes, pues no tienen lugar donde esperar y cubrirse en tanto se realiza el lavado del carro y otro tanto que las bajas temperaturas llegaron a ser extremas y no permite arriesgar salud.
“Uno como quiera le entra a la chamba, pues hay que mantener a la familia, el hambre es canija y más el que se la aguanta, por eso le entramos al toro, pero no así los clientes”, dijo.
Ayer las plazas públicas, como principales centros de trabajo de los lava-carros, se vieron concurridos de esta actividad de subempleo, en tanto el calor parecía hacer crecer el ánimo por el retorno normal del sustento a la casa.
“Nomas que ya subió la lavada, jefe”, concluyó al referirle a un cliente.