El 10 de mayo se estrenó en cines El reino del planeta de los simios, la cuarta película desde que la franquicia resurgió de sus cenizas y la primera de una nueva trilogía, como aseguraron sus responsables.
Dirigida por Wes Ball, quien también dirigirá el live action de The Legend of Zelda, su trepidante final nos dejó impactados a todos, pero puede que haya sorpresas en un futuro.
Así lo ha desvelado el conocido actor Kevin Durand, quien lleva en el mundillo más de tres décadas y a quien hemos podio ver en otras obras como la reciente Abigail, Robin Hood o la serie The Strain.
No todo es lo que parece
En El reino del planeta de los simios conoceremos a Proximus César, interpretado por Kevin Durand, un personaje complejo que utiliza las enseñanzas de César, el protagonista de la anterior trilogía cuyos hechos suceden 300 años antes en el tiempo, para esclavizar a otros simios con el objetivo de acceder a una bóveda llena de tecnología e inteligencia humana.
Proximus César, caracterizado como un bonobo muy inteligente y astuto, manipula las palabras y enseñanzas de César para sus propios fines. A pesar de ser un villano, Durand, en una entrevista concedida a The Hollywood Reporter, defiende su personaje explicando que sus acciones están motivadas por un profundo temor a la naturaleza destructiva de los humanos. Proximus cree que si los humanos recuperan su poder, los simios acabarán en jaulas y serán cazados y utilizados en experimentos científicos. Esta percepción está respaldada por su extenso conocimiento de la historia humana, lo que le lleva a ver a la humanidad como una amenaza constante debido a su naturaleza egoísta y violenta.
Durand, y si no habéis visto la película todavía dejad de leer pues vienen spoilers del final, también menciona que no descarta un regreso de su personaje a pesar de su aparente muerte en el film. La escena final de Proximus nos muestra a este cayendo desde una altura más que considerable en el océano, pero nunca vemos su cuerpo flotando, dejando así la puerta abierta a interpretaciones sobre su posible supervivencia. Y es que como el propio Durand señala: «la densidad y la magnitud de ese ser podrían haberle permitido sobrevivir al impacto«.